Cómo sufrir un ataque de pánico en medio del confinamiento

-Invade el sofá y húndete en él. La falta de ejercicio físico permitirá el aumento de tus niveles de cortisol y aumentará la probabilidad de sufrir contracturas musculares en cuello y hombros, que al extenderse podrás confundir con un ataque al corazón o similar.

– Fuma mucho ya que el tabaco empeora trastornos mentales que podrían estar latentes. Además lo componentes del tabaco deterioran los mecanismos cerebrales que ayudan a producir Dopamina (DA) un neurotransmisor clave para el bienestar. El abuso del tabaco bloquea su segregación.

Auto obsérvate todo el tiempo que puedas: toma tu temperatura cada 30 minutos,  evalúa a cada rato si estás más cansado de lo habitual, si te duele la cabeza, si te duele el pecho, si moqueas…

-Aprovecha para ver todas las películas sobre Apocalipsis que puedas, si es posible todas las que tengan que ver con la extensión de virus que acaban con la humanidad.

-Infórmate mucho y toma toda la información que puedas, fiable o no; lee todos los posts de Facebook, todas las teorías de la conspiración. Te mantendrá sentado todo el día, evitará que hagas ejercicio y aumentará el porcentaje de preocupaciones y tu sensación de indefensión. No hay nada como sentirse indefenso y vulnerable para atraer ataques de pánico.

No cuestiones nada de lo que veas o escuches acerca de cómo se está gestionando todo esto desde las altas esferas y cómo nos afectará cuando podamos salir de casa. A ser posible divulga todo cuanto recibas, especialmente si es negativo o alarmante.

Preocúpate y mucho por el futuro y genérate imágenes mentales que te sumerjan en un estado de hambruna, miseria y guerra.

-Trata de ser la principal o única persona encargada de las tareas del hogar. No delegues, pero sí haz reproches constantes. Pon cara de enfado y di todo el tiempo “no me ayudais nada”, “todo para mí”, “panda de vagos inútiles…”… cuando alguien se ofrezca a ayudar simplemente di “no, ya nada”.

-Haz cálculos para estimar cuánto durará todo esto, dando más peso a los pronósticos menos favorables; estima también cuándo tardaremos en volver a la normalidad o simplemente llega a la conclusión de que no será en este siglo.

Indígnate mucho, indígnate siempre, indígnate con todo: con las pequeñas averías caseras, con los días de lluvia que hacen tus días tristes, con los días de sol porque no se puede salir, con el precio de las cosas, con los seres humanos que pasen bajo tu balcón. Aunque ignores totalmente por qué están ahí tú grita, insulta y denuncia.

-Trata de recordar todas las situaciones que has vivido en los últimos días en las que has podido ser contagiado y contagiar a los demás, especialmente a los seres queridos más vulnerables.

-Computa los mensajes de cariño que recibas al cabo del día. Observa cómo van disminuyendo, señal de que están dejando de quererte o que nunca te han querido.

Bebe mucho alcohol u otras drogas que tengas a mano para afrontar la situación.

-Mantén siempre la perspectiva más pesimista posible. No te creas las noticias que hablen sobre personas curadas, posibles vacunas…

 Inmaculada Delgado

Título Universitario

Especialista en Inteligencia Emocional en el Aula

+ Certificado en Coaching Educativo

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